La Vía Romana en La Rioja
La Vía Romana de Italia a Hispania era un camino militar que procedía de Milán y vertebraba el norte peninsular hasta León. En La Rioja discurría desde Alfaro hasta Tormantos, con un recorrido de unas 157 millas (unos 233.8km). En origen, fue una mía militar construida por las legiones en época del emperador Augusto y que coincidía en su trazadocon la Vía XXXII denominada Item ab Asturica Tarracone, que se ha interpretado como el “camino de vuelta”. Los miliarios de Alfaro (6 d.C.) y Calahorra (7-9 d.C.) definen su ritmo constructivo.
Algunas mansiones riojanas de esta vía se identifican con importantes ciudades imperiales: Graccurris (Alfaro), Calagurrris (Calahorra), Vareia(Varea, Logroño), Tritim Magallus (Tricio) y Libia (Herramélluri-Leiva). El auge de estas ciudades hará que la vía adquiera también un importante uso comercial, especialmente desde Alfaro hasta Varea, al estar aquí el último puerto fluvial der río Ebro.
Tras la caída de Roma, la vía va adquiriendo nuevos usos: se emplea como vía pecuaria, como divisoria municipal, como primitiva ruta jacobea (hasta la consolidación del Camino Francés), como camino Real o como carretera. Las concentraciones parcelarias y la drástica transformación del territorio en el siglo XX harán que la vía desaparezca en muchos tramos.
La Vía Romana presenta en Tormantos un trazado seguro, aunque sin restos visibles, con un desarrollo paralelo a la margen derecha del río Tirón hacia la mansión de SEGISAMUNCLUM (Cerezo del Río Tirón, Burgos). Parte del trazado lo ocupa la carretera LR-200 y el propio casco urbano. Entre Tormantos y el río Encemeroo San Julián, atraviesa el lugar conocido como La Calzada, topónimo a menudo indicativo de Estructuras camineras, hoy perdidas. En el punto donde desemboca este curso con el río Tirón se conservan parte de las rampas antiguas que permitían el vadeo, si bien modificadas en época reciente. A menudo el paso de los cauces no requería de puentes, o bien eran de madera, como parece el caso.
La localidad de Tormantos se cita en el año 951 dentro del alfoz de Cerezo de Río Tirón. En las proximidades de la divisoria municipal se encuentra el despoblado Sietefenestras, citado dos décadas antes, donde resultan visibles siete cavidades o ventanas en el cantil fluvial que dan nombre al lugar. Además, se tiene constancia de un monasterio altomedieval con dos iglesias bajo los dominios de San Millán de la Cogolla, y de los palacios que fueron el moro Albazahab y su esposa Barraca, donados al cenobio por Alfonso VI en 1082.