El altar Mayor
La realización del altar mayor se formalizó en la segunda mitad del siglo XVIII. La zona cercana a la cuenca del Tirón,
estuvo influenciada por artistas burgaleses sin menospreciar a los calceatenses en detalles concretos. El foco artístico
de Pancorbo, tan próximo a Tormantos, estaba representado por un arquitecto de gran sensibilidad creativa (José Benito
Cortés del Valle) cuyas obras eran a tener estima incluso por artistas lejanos. La ciudad de Burgos o en
Santo Domingo de la Calzada también tenían fama sus obras.
Dicho retablo consta de banco, un elevado cuerpo de tres calles y un ático, su alzado es un claro preludio de formas neoclásicas que terminarían imponiéndose en pocos años después.
Las columnas que lo forman, generan una volumetría tan acusada que todo el conjunto está impregnado de movimiento y decoración. Una sensación que se refuerza por las volutas que se sitúan sobre los flancos del entablamiento, con las que se remata el cuerpo y por esas alas de formas caprichosas decoradas a modo de pulseras que decoran los laterales.
Era en 1770 cuando se pagaban 12.300 reales al arquitecto José Benito Cortes del Valle por hacer el retablo en Pancorbo. Cuando se asentó sobre el pedestal toda la mazonería, ese mismo año se adquirió al burgalés Manuel Benigno Palacios las imágenes de bulto redondo de San Pedro y San Pablo por 960 reales, que se situaron en las hornacinas de las calles laterales. Paralelamente, el calceatense Pedro Monasterio recibía 577 reales y 2 maravedíes por una figura de San Juan Bautista para la casa del ático. En la parte central de la hornacina está colocado el patrón de San Esteban que da nombre a la iglesia. Fue en el año 1778 cuando José Mazón asumía el compromiso de policromar todo el retablo mayor.